Ya sea en deportes o negocios, la unión es un elemento clave en cualquier equipo exitoso. Grupos con alta cohesión poseen rasgos que los ayudan a trabajar por un objetivo común. Se comunican mejor, tienen mayor participación, son más eficientes y confían más en su organización.
La responsabilidad de generar confianza en los equipos recae en el líder. En el fútbol, el responsable será el entrenador, quien se encargará de lograr una armonía entre los stakeholders del equipo: los jugadores.
Aquí hay cuatro consejos que podemos tomar de las canchas para ayudar a los líderes empresariales a lograr mayor unión en sus equipos:
Tener un propósito social: Tom Vernon, dueño del club danés FC Nordsjælland, es también fundador de la academia de fútbol africana Right to Dream.Tanto en el club como en la academia, desafía a los jugadores a preguntarse qué tipo de persona desean ser, y como parte de un proyecto de retribución, deben hacer algo para contribuir a un fin más grande Por ejemplo, un grupo de niños daneses de 14 años, integrantes de la academia de entrenamiento del FC Nordsjælland, recaudaron dinero para ayudar a un hombre sin hogar que veían todos los días en la estación de bus. Este sentido de propósito compartido fomenta la cohesión, incluso en jugadores jóvenes.
Es probable que un equipo alcance un mejor rendimiento si sus objetivos van más allá de la victoria, y las empresas no son diferentes: las que tienen un fin social informan que las relaciones con sus clientes han mejorado y las tasas de retención de talento son mejores. En este sentido, el propósito proporciona una ventaja competitiva.
Invertir en el individuo: Graham Potter fue contratado como entrenador en el 2011 por el Östersunds FK, un equipo sueco que por esos años jugaba en la 4ta división de fútbol en su país. Cuando salió del club en 2018, el equipo había subido a primera y ganado la Copa Sueca. El éxito se debió a que Potter le otorgó identidad al equipo, dejó de culparlos por sus fracasos y se enfocó en la performance. Generó la unión entre los jugadores, compartiendo experiencias personales fuera del fútbol, motivándolos a alejarse de su zona de confort.
De la misma manera, fomentar el desarrollo personal de los empleados genera lealtad y compromiso y, si se hace correctamente, crea un sistema autosuficiente en el que se promueve a las personas desde dentro.
No todo lo nuevo es mejor: Cada equipo se construye alrededor de relaciones. Los equipos más exitosos tienen relaciones mejores, que conducen a una mayor cohesión. Esta es una de las razones por las que Islandia (con una población de 330,000 personas) superó toda expectativa y se clasificó para dos de los torneos más importantes del fútbol internacional: la Eurocopa 2016 y el Mundial Rusia 2018.
Ben Darwin relaciona el rendimiento de un equipo con la cohesión de un grupo bien alineado.. Según él, la producción de cada empleado es producto del conocimiento y la comprensión que tienen de quienes los rodean, de acuerdo a su visión, un nuevo empleado puede tardar hasta tres años en alcanzar su máximo rendimiento.
Conectar emocionalmente y crear confianza: El trabajo de Thomas Tuchel, entrenador del Paris Saint-Germain, es motivar a la delantera más cara del mundo: el brasileño Neymar, el uruguayo Edinson Cavani, y el joven francés Kylian Mbappé. Tuchel utiliza un sistema para entender a sus jugadores y tratar de establecer una conexión emocional con ellos. Con ello busca destacar lo mejor de cada una de sus figuras por el bien del equipo, creando un ambiente de confianza donde todos jueguen con el entusiasmo de un niño de 12 años. Las personas trabajan mejor y se esfuerzan más en ambientes donde los niveles de confianza son altos.
Todos los clubes y entrenadores mencionados han encontrado su propia manera de desarrollar la cohesión y ayudar a sus equipos a ganar. Su enfoque puede ser diferente, pero como han demostrado, ya sea que se trate de lograr que las estrellas hagan su mejor esfuerzo dentro de un equipo o de alentar a todos a alcanzar sus capacidades individuales más altas, la cohesión es un ingrediente vital si se desea retener talento, mejorar las relaciones, y aumentar el valor del equipo.
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