Antes de la pandemia, el trabajo flexible era un beneficio que pocos tenían el lujo de experimentar. Sin embargo, en menos de un año las diferentes medidas de seguridad no dejaron otra opción más que trabajar desde casa, cambiando esta forma de pensar. Regresar a la oficina de 9 a 5, cinco días a la semana, de repente se siente como un paso en la dirección equivocada.
La forma en que trabajamos ha cambiado radicalmente y ahora nos encontramos con la oportunidad única de repensar el trabajo y explorar mejores formas de crear valor. No se trata de que todos trabajen desde casa o en la oficina, sino de definir un nuevo mundo híbrido.
¿Cómo hacer realidad el enorme potencial que ofrece el trabajo híbrido? El informe Changing Places: How hybrid working is rewriting the rule book de PwC Australia, ofrece una mirada de cómo aprovechar estos beneficios en este nuevo panorama
Qué hacer y dónde
El estudio demuestra que, en Australia, pero probablemente también en otros lugares, los trabajadores quieren un futuro laboral híbrido. Una encuesta global de PwC encontró que solo el 10% de los encuestados deseaba regresar a un ambiente de trabajo tradicional. El 74% de los encuestados australianos informaron que querían una combinación de trabajo presencial y remoto en diferentes grados.
Es hora de que las empresas hagan un balance y se aseguren de que la opinión de los empleados se comprenda realmente junto con los desafíos, objetivos y conocimientos necesarios para crear conjuntamente el mejor lugar de trabajo en el futuro. Saber cómo las personas quieren usar los diferentes espacios significa que las empresas pueden reimaginar cómo se verá la ‘oficina’ y combinar estratégicamente elementos físicos y no físicos para atender dónde los empleados quieren estar para hacer qué tareas, por ejemplo, mejor tecnología para trabajo virtual, más centros de colaboración en la oficina física, espacios de bienestar para la salud mental o salas de guerra para el trabajo estratégico.
Al planificar, es importante reconocer que, si bien la mayoría quiere el trabajo híbrido, habrá diferencias dependiendo de la generación, antigüedad laboral y género. Por ejemplo, el 47% de los hombres preferiría trabajar principalmente en la oficina en comparación con el 36% de las mujeres.
Para determinar lo que quieren los empleados, será fundamental el uso de data tanto cuantitativa como cualitativa. El sentimiento cualitativo en un momento determinado debe medirse de forma rutinaria, por ejemplo, mediante el uso de encuestas en línea, junto con datos cuantitativos de comportamiento sobre cómo se está utilizando el espacio físico. ¿Cuántos empleados ingresan a la oficina y a qué horas? ¿Las salas de reuniones están llenas o medio llenas? Comprender las demandas de ocupación permitirá a las organizaciones reducir o cambiar las áreas donde sea necesario y los ahorros se pueden invertir directamente en mejores experiencias en la oficina y en el hogar.
La importancia del bienestar
En cualquier modelo, los líderes deben tener en cuenta cómo el mundo está afectando el bienestar de los empleados, no solo por el COVID-19, sino también por los desafíos del encierro y la reducción de la interacción social. Para algunos, esto ha llevado a la soledad y el agotamiento, ya que las líneas entre el trabajo y el hogar se han difuminado.
Por tanto, el trabajo híbrido aporta complejidad. Las cargas de trabajo tienen el potencial de aumentar a medida que el trabajo virtual requiere reuniones más largas y frecuentes, afectando la productividad. Sin una acción intencional para mejorar la salud mental y el bienestar, la oportunidad que ofrece el trabajo híbrido para impulsar el compromiso, la conexión y la productividad podría perderse fácilmente.
Las empresas deben asegurarse de que existan políticas, programas y redes de seguridad adecuados para gestionar y mitigar los riesgos asociados con el bienestar. Una estrategia de bienestar debe reflejar una comprensión profunda de los matices de la fuerza laboral y los impactos ambientales de trabajar en múltiples lugares. Además, se debe invertir en habilidades a niveles ejecutivos e inferiores para promover y apoyar la salud mental y el bienestar.
La tecnología también puede ayudar a promover el bienestar. La automatización del conocimiento a través de un chatbot, por ejemplo, podría ayudar a los nuevos empleados a familiarizarse con una nueva empresa, a encontrar la información que normalmente absorberían de la observación o la charla del equipo, como quién informa a qué equipo, dónde acudir para obtener ayuda de recursos humanos o cómo acceder a la formación.
Para todo el personal, la tecnología que permite a las personas ver quién llega a la oficina en qué días ayudará a mejorar la conectividad física y a ponerse al día de forma más informal. Las herramientas de chat y redes sociales podrían proporcionar una mayor conexión durante el trabajo remoto, compensando la pérdida de la conversación en los tiempos libres. Finalmente, las cosas que permiten a las personas expresar su individualidad virtualmente sí importan, incluso algo tan pequeño como poder elegir un fondo virtual en una videollamada.
Liderando el camino
El liderazgo es más critico que nunca con el trabajo híbrido. Sin embargo, 33% de CEO australianos no tiene planes de modificar su inversión a largo plazo en liderazgo y desarrollo del talento en los próximos tres años.
Los comportamientos tradicionales de liderazgo están cada vez más desactualizados y el impulso para que los líderes vuelvan las cosas a cómo eran es fuerte, pero no se ajusta al propósito. En cambio, el trabajo híbrido requiere que los líderes adapten su estilo de liderazgo para equilibrar los comportamientos racionales con las necesidades emocionales, tomen decisiones basadas en datos y atiendan a diferentes segmentos de la fuerza laboral, creando una experiencia para los empleados que sea convincente independientemente de dónde trabajen.
Parte clave para priorizar las necesidades y motivaciones de sus equipos es que los líderes comprendan que las necesidades emocionales requieren más atención para poder co-crear soluciones que las satisfagan.
Hacerlo significará dominar las tecnologías que utilizan los empleados y estar tan cómodos en los espacios virtuales creados como en la oficina física. La mejora digital será necesaria para los que están en la cima, independientemente de si trabajan en la oficina, ya que es probable que sus equipos quieran un formato híbrido y no pueden perder la atención del liderazgo por tomar esa decisión.
Un futuro híbrido
Es difícil saber por dónde empezar para sacar el máximo provecho de un trabajo híbrido durante y después de una pandemia. Sin embargo, hay pasos que las empresas pueden tomar para asegurarse de que van en la dirección correcta. Las organizaciones deben comenzar alineando el liderazgo con la oportunidad que se avecina, para luego involucrar a su gente y sus expectativas. Evaluar el estado de madurez actual de la organización, trazar el camino a seguir para priorizar el viaje e invertir en liderazgo para llegar allí.
Los líderes y sus políticas deben estar a la altura de la tarea de gestionar a los trabajadores dispersos al tiempo que comprenden sus obligaciones, especialmente porque los pasos en falso en las relaciones laborales pueden resultar en costosos reveses. No obstante, con una cuidadosa consideración y en asociación con RR.HH., los equipos legales y fiscales, las empresas no deberían tener miedo de experimentar.
Si bien la disrupción provocada por el COVID-19 ha presentado muchos desafíos complejos y, en la mayoría de los casos, ha creado más preguntas que respuestas, está claro que el futuro del trabajo es híbrido; y la oportunidad de crear un lugar de trabajo que sea mejor para todos es aquí y ahora.
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