Estado de flujo de efectivo: el potencial no explotado de un estado financiero

Por Sonia Puertas, gerente senior de Consultoría contable y Mercado de Capitales de PwC Perú

Responder a la pregunta cuál de los estados financieros es el más utilizado o el más importante para los usuarios de la información financiera podría generar diversas opiniones. El estado de situación financiera (ESF), el estado de resultados (ER), el de cambios en el patrimonio neto (ECPN) y el de flujos de efectivo (EFE) son estados financieros (EEFF) diseñados para que, en su conjunto, brinden una imagen completa de la situación financiera y los resultados de un negocio.

Volviendo a la interrogante formulada al empezar el texto, cada estado financiero cumple un objetivo, por lo que la respuesta dependerá de las necesidades del usuario. Por ejemplo, es probable que el ER sea considerado el más importante por la mayoría, ya que revela la capacidad de generar ganancias, pero no el nivel de inversión en activos o pasivos asumidos para conseguirlo. Tampoco representa los flujos de efectivo (por la aplicación del principio de devengo) generados por el negocio; por lo tanto, por sí solo, el ER brindaría una información sesgada del potencial del negocio. Es así que aterrizamos al EFE como uno de los más importantes, ya que se centra únicamente en los cambios en las entradas y salidas de efectivo y, como sabemos, el efectivo es oxígeno para una entidad, por lo que el análisis de este reporte ayuda a evaluar la capacidad para generar flujos de efectivo positivos en el futuro. Asimismo, los cambios en el EFE también pueden ayudarlo a comprender los cambios en el ESF.

¿Por qué es importante el estado de flujos de efectivo?

Cuando un inversionista/accionista aplica con la adecuada atención y cuidado su análisis financiero y las proyecciones para la entidad, el EFE se convierte en el reporte más importante, ya que ayuda a evaluar qué tan bien se está administrando el efectivo.

Los accionistas e inversores tienden a comparar los EFE de diferentes empresas, para conocer la calidad de sus ganancias, y así tomar las decisiones correctas. Suponiendo que la empresa tiene deuda a largo plazo, un EFE ayuda a determinar su capacidad de pago. Este estado financiero puede usarse para predecir fácilmente el momento y los importes de los flujos de efectivo futuros.

Entonces, si el EFE es una herramienta valiosa para medir la rentabilidad y la perspectiva futura a largo plazo, ¿por qué se pasa por alto, juega un rol secundario o se prepara con el único fin de cumplir con las NIIF o requisitos legales?

Esto puede deberse a muchos factores:

  • Falta de preparación y perspectiva gerencial de quienes analizan e interpretan este estado financiero.
  • La falta de mecanismos al interior de la organización para generar la información necesaria para su preparación, debido a la existencia de varios sistemas y fuentes de información que no comulgan entre sí.
  • La percepción de que el esfuerzo que demanda su preparación es alto, lo que lleva a que se formule y presente una vez al año y no mensualmente como los otros estados financieros (estado de resultados y estado de situación financiera).
  • Dificultad para identificar los flujos de efectivos positivos o negativos por cada una de las actividades (de operación, inversión y financiamiento) y dificultad para identificar qué transacciones no son flujos de efectivo.
  • Dudas sobre los ajustes extracontables necesarios para transformar la contabilidad del método devengado al método percibido y eliminar todo aquello que no se cobró y no se pagó.

De lo comentado hasta aquí, la evaluación de la liquidez en una entidad es uno de los indicadores más importantes. En tiempos de incertidumbre y de inestabilidad económica, como la que estamos viviendo actualmente, las entidades buscan una mejor percepción de la liquidez para permitir decisiones comerciales más precisas. Los formatos del EFE varían (a través del método directo o indirecto), pero ambos contienen información similar.

¿Cómo utilizo un EFE para monitorear la liquidez?

La mejor forma de mantener su reserva de liquidez es mediante la planificación del flujo de efectivo. La herramienta utilizada en este proceso es el EFE, que registra el momento y el tamaño de las entradas y salidas de efectivo que se producen durante un período contable determinado, normalmente un año (lo ideal es que este periodo se divida en otros más pequeños, generalmente meses). La preparación de un EFE a través del método directo permite tomar decisiones comerciales más informadas.

Los siguientes pasos ayudarán en el proceso de monitoreo de la liquidez:

Este monitoreo de la liquidez, a su vez, debe estar acompañado de un análisis de la data a través de variaciones y ratios. Este permite a la gerencia probar supuestos, identificar deviaciones, anomalías, validar la eficacia de iniciativas de capital de trabajo y contrastar los resultados operativos con el impacto financiero, comparar/evaluar si la rentabilidad por la venta de bienes y servicios tiene relación directa con su contribución al flujo de efectivo, etc. El análisis de las variaciones de los flujos de un periodo a otro no brinda todas las respuestas a las situaciones identificadas, pero inicia las preguntas adecuadas.

El EFE preparado a través del método directo también debe incorporar pruebas de sensibilidad para determinar, por ejemplo, cómo el flujo de efectivo puede verse afectado por las nuevas formas de hacer negocios con los clientes.

Finalmente, es necesario que el monitoreo de la liquidez no se quede en hojas de cálculo, sino que se apliquen herramientas tecnológicas que agilicen esos procesos. Actualmente, es imperativo hacerlo, no solo por el ahorro de tiempo y reducción del riesgo de error, sino por la generación de información en el momento oportuno para la toma de decisiones, considerando que los principales atributos de la transformación digital en la gestión financiera y contable son la practicidad (suficientemente ágil para que las personas puedan entenderlo), rapidez (para poder usarlo con regularidad) y automatización (en búsqueda de la precisión). El EFE, como estado financiero básico, necesita elaborarse con todos los principios y conceptos fundamentales para poder cumplir con su objetivo: resumir los resultados de las actividades de una entidad en un periodo determinado e inferir las razones de los cambios en su situación financiera. Esto constituye una importante ayuda en el control del capital y en el uso eficiente de los recursos en el futuro.

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