La pandemia ha sido el escenario ideal para poner a prueba la capacidad de resiliencia e innovación de las organizaciones. Muchos han debido adaptar sus procesos y cambiar su forma de trabajar, para poder sobrevivir a la crisis. José Tafur, socio líder de innovación de PwC, explica cómo se puede aprovechar la situación actual para potenciar las capacidades de las empresas.
Esta situación de crisis ha llevado a las empresas a cambiar su modelo de negocio, buscando otras alternativas para seguir operando. ¿Cómo se relaciona esto con la capacidad de innovación?
Si tuviéramos que nombrar dos características distintivas de un innovador serían la creatividad y el apasionamiento por resolver problemas. En un contexto de crisis, nuestro instinto de supervivencia naturalmente se despierta y la urgencia por encontrar soluciones a los problemas se vuelve cotidiana.
Creo que la oportunidad que nos ha entregado esta crisis es que se ha dado el ambiente para que se preste más atención a la importancia de la cultura de innovación en el ámbito corporativo.
Para poder innovar se necesita superar el miedo al fracaso. ¿Cómo se puede trabajar este tema en la cultura organizacional?
En cualquier actividad humana siempre hay fracasos, pero especialmente en el desarrollo de la innovación. No asumirlo y pensar que todos los proyectos serán exitosos es una concepción errada que transmite a los responsables del proceso que deben minimizar a su mínima expresión el riesgo de fracaso para desarrollar iniciativas. Esto te lleva inevitablemente a desenvolverte en un espacio acotado a mejoras continuas y no a innovación; por lo tanto, limitas tus posibilidades de poder trascender o destacarte de la competencia.
La innovación es una inversión de riesgo y es incierta al igual que la inversión en publicidad, en activos o la contratación de personal. Solo que las tres últimas son más habituales en los negocios y, en cierto modo, percibidas en el tiempo como necesarias, mientras que la innovación ha sido vista como algo no tan necesario, hasta ahora. Con el paso del tiempo, los casos de éxito y la oportunidad que esta crisis nos está dejando, esa percepción irá cambiando considerablemente y, en ese sentido, hoy hay menos miedo al fracaso que antes. Ese es un buen inicio para un cambio cultural, como el adoptar el miedo al fracaso.
Los errores y fracasos deben ser asumidos como situaciones habituales en la organización, así como que no existen consecuencias si no logras éxito como resultado de tu experimentación; pero eso no quiere decir que no existan consecuencias en general. Las consecuencias por incompetencia, negligencia o mala fe deben tener una respuesta clara dentro de la organización.
¿Cómo desarrollar la capacidad de innovación y las habilidades «digitales» de los trabajadores en un periodo de crisis?
Yo diría que hay que aprovechar este estado de predisposición en el que hoy se encuentran muchos más trabajadores. Este estado es el escenario propicio para que asimilen la urgencia del cambio y la importancia de la tecnología en la transformación de negocios, porque lo estamos viviendo no solo en los aspectos laborales sino en los cotidianos también (restaurantes, colegios, compras, etc). Es en este escenario que puedes lograr una mayor ratio de convencimiento y adopción, mayor involucramiento y, con ello, una mayor asimilación de conocimientos que hoy son necesarios, como habilidades blandas y digitales.
La tecnología ha sido de gran ayuda para adaptarnos al trabajo remoto. ¿Qué otros aspectos digitales podrían reforzar las organizaciones en el mediano plazo?
Muchas de las actividades que hoy hemos estado realizando de manera remota se mantendrán, sin ninguna duda. Creo que en el campo de la educación este ha sido un gran ensayo masivo que ha permitido comprobar su potencial y que el crecimiento logrado no se resentirá demasiado una vez que las cosas retornen a la normalidad.
¿Cómo debemos entender el concepto de upskilling y qué rol cumple en este proceso?
La pandemia nos ha mostrado un vistazo de lo que será el trabajo en el futuro. Creo que, en línea con ello y considerando que esta no será la primera crisis que atravesaremos, las organizaciones deben estar preparadas para afrontar nuevamente episodios como este. El upskilling es fundamental en la adecuación de las organizaciones hacia lo que el futuro nos depara. Definir las habilidades necesarias que los trabajadores requerirán en función al nuevo modelo de negocio debe ser algo prioritario en la estrategia. El upskilling no debe enfocarse únicamente en habilidades técnicas, si no tener en consideración habilidades digitales, sociales y emocionales, capacidad de adaptación y resiliencia.
Que buen artículo José y que bueno saber que has escalado en PWC.
Un fuerte abrazo.