Es difícil mantener la confianza. Hay momentos en que el líder se siente fuerte y listo para enfrentar cualquier desafío que tenga al frente, pero hay otros en que se siente superado por las circunstancias y poco preparado para responder. Todo esto es parte de la naturaleza humana, y cada líder, independientemente de su experiencia y talento, pasa por un periodo de desconfianza en sí mismo.
Líderes de todos los niveles experimentan su propio “bajón”, causando que incluso el más talentoso desaparezca en los momentos más importantes. La buena noticia es que su impacto no se mide por el nivel de desconfianza que tienen, sino por la efectividad que finalmente demuestran al trabajar. Para afrontar estos momentos de la mejor manera, proponemos dos estrategias para ayudar a recuperar la confianza en los momentos donde nos sentimos más inseguros:
- Aprovechar el bajón.
Existe el mito de que los líderes no deben mostrar signos de debilidad, que los demás pueden, pero es mandato de un líder nunca caer. Tal como lo describe el psicólogo y autor David Kantor: «Cuando la creencia y la fe se desploman, los líderes se convierten en el principal motor de su organización, su voz … Saben dónde mantenerse firmes, dando una imagen de confianza que otros seguirán».
De la afirmación de Kantor podría interpretarse que, por definición, ya no estás liderando cuando la confianza falla. Sin embargo, es posible otra interpretación. ¿Qué pasa si la caída es evidencia de que estás preparado para avanzar hacia el crecimiento?
Imagina que estás entrando a una reunión con líderes importantes. Aspiras a comunicarte bien, establecer buenas relaciones compartiendo información valiosa, convincente y, en última instancia, ganar el derecho para regresar. Pero si eres nuevo en eso, la brecha entre tu inexperiencia y tus aspiraciones te hace altamente susceptible a caer en la desconfianza.
Como dice la profesora de la London Business School, Herminia Ibarra, momentos como este pueden crear una paradoja de autenticidad, que se produce cuando te aferras a formas de ser viejas y cómodas, a costa de crecer. La paradoja se produce cuando afirmas que estás siendo “auténtico«, cuando en realidad solo buscas una excusa para aferrarte a lo familiar y permanecer en tu zona de confort.
La solución es encontrar el valor para cambiar las “etiquetas” que definen quién eres. Por ejemplo, reconocer que estás trabajando en tu progreso personal. Así luchas contra la incomodidad temporal de la caída y evitas protegerte en lo seguro y familiar. Parece sutil, pero el cambio de perspectiva permite desarrollar el carácter mediante la prueba y error.
Siguiendo con el ejemplo de la reunión, el “reetiquetado” debería comenzar en el momento en que sienta que se avecina la caída. En lugar de aferrarte a una interpretación irreal de confianza («cuando entre en la sala, lograré el resultado que quiero. ¡Sin importar qué!»), sigue tu intuición y pasa a una postura más veraz pero igualmente poderosa: “El hecho es que soy nuevo en esto. Entonces, cuando entre en esa habitación, espero salir de mi zona de confort, y cuando eso suceda, me comprometeré a decir y hacer lo que siento que es importante a pesar de la aprensión que sé que sentiré».
- Limita tu compromiso interior
Las primeras etapas de “la caída” no son percibidas por tus jefes, clientes o colegas; pero si eres honesto y consciente, tú sí sabes cuándo comienzan. Empiezas a negociar contigo mismo y haces compromisos internos que convierten las intenciones en acciones pasivas. Consideremos algunos ejemplos comunes y observemos cómo limitan su propio efecto constructivo sobre las personas y los problemas:
Intención ante la “caída” | Acción típica durante la “caída” |
Avanza en el momento y comparte comentarios directos. | Permanece en silencio, diciéndose que no es el momento adecuado o que sus comentarios no son tan importantes. |
Defiende sus convicciones y expresa su opinión. | Retrocede y deja que el statu quo continúe sin ser desafiado. |
Toma el riesgo de ser fiel a sí mismo y pedir lo que quiere. | Juega a lo seguro y sacrifica sus propias necesidades. |
Es audaz y comparte un concepto innovador. | Evita la incomodidad de defender sus ideas. |
Al darte cuenta que estas limitándote con compromisos, haz una pausa, asume la responsabilidad y alínea tus acciones con tus convicciones. Esta es la forma de salir del “bajón”, y el uso de estos puntos clave permite aumentar la resiliencia, acortar la duración y limitar la profundidad de la brecha de confianza.
La confianza es el andamio sobre el que estás parado. Su altura determina la perspectiva, así como los objetivos que estás dispuesto a alcanzar. Sin embargo, como cualquier plataforma temporal, se puede desmontar o construir rápidamente. Además de estas dos estrategias, es necesario aprender a esperar los momentos de desconfianza no con pesimismo, sino con la capacidad de recuperación y conciencia de que se puede cambiar las cosas siguiendo un plan. Tener esta perspectiva no evitará la caída, pero te preparará para salir de ella más rápido.
Adaptado de Strategy Business Blog PwC. Para leer el artículo completo, haz click aquí.