Entrevista a Daniel Oliva, socio de Consultoría Contable de PwC.
Los cambios en las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) han generado preocupación en el sector empresarial. Algunas impactan directamente el modelo de negocio, otras representan un cambio significativo en la presentación de resultados. Daniel Oliva, socio de Consultoría Contable de PwC, explica un poco más acerca del alcance de la NIIF 16 y los principales aspectos que deben considerar los líderes empresariales para aplicarla con éxito.
La NIIF 16 empezará a aplicarse en enero de 2019. ¿Qué aspectos contempla?
La NIIF 16 presenta un cambio sustancial en el tratamiento contable de los arrendamientos: el arrendatario deberá incorporar a su balance general un activo y un pasivo por todos los arrendamientos que ha podido suscribir a la fecha de evaluación, ya sea que estemos hablando de uno financiero (una compra financiada) o uno operativo, en donde soy usuario temporal de un activo a cambio de un pago.
El propósito de la norma es incorporar una obligación que las compañías no venían registrando en sus estados financieros: los pagos a los que las empresas se comprometen con los arrendadores. Esto representaba una debilidad en los estados financieros, pues, contratos de este tipo, que sustancialmente son compromisos de pago económicamente ineludibles, no eran mostrados como pasivos. Por ello, se ve la necesidad de revisar el tratamiento contable para los arrendamientos, llegando a la conclusión que la mejor forma de reflejar esta obligación económica es a través del reconocimiento de un pasivo contra un activo, que es el derecho de usar el activo arrendado.
¿Cómo impacta la toma de decisiones en una compañía?
Muchas veces el modelo de negocio que establecen las compañías no contempla la compra de activos. Aerolíneas o empresas de retail, por ejemplo, descansan en modelos de negocio donde buena parte de los activos son de terceros y solo los alquilan. Lo novedoso será ver qué va a pasar con esta decisión ahora que la norma exige que el activo y el pasivo asociado a los contratos de alquiler se lleven al balance. Puede que se gatillen algunas necesidades. Sin duda se debe revisitar los modelos de negocio en lo correspondiente a la forma en la que se termina financiando las adquisiciones y el capex de la compañía.
¿Cuáles son los aspectos que más preocupan a las empresas?
Esto depende del usuario de los estados financieros. Una empresa que cotiza en bolsa, que tiene usuarios más diversificados, necesita enfocarse en cómo la nueva norma impacta la generación de utilidades, porque los accionistas estarán muy ávidos de conocer el futuro flujo de dividendos que puede llegar hacia ellos. Por otro lado, si bien las utilidades son el fin supremo de la organización, también hay otros aspectos que deben ser considerados como, por ejemplo, la capacidad de endeudamiento. Es decir, qué tanto esto restringe la capacidad de endeudamiento o genera volatilidad en los resultados, lo cual también es un tema importante.
¿Qué sectores serían los más afectados?
De acuerdo a estudios realizados por IESB, ente que emite las normas, entre los más afectados estarían las aerolíneas, cuyos modelos de negocio están basados en el alquiler de aviones; y también el sector de las entidades que operan en la industria retail, como los supermercados, las tiendas por departamento o las grandes superficies. Todos estos negocios basan sus modelos en no adquirir los bienes como premisa principal, salvo algunas excepciones. Históricamente estos negocios han mantenido los pagos que se efectúan por los alquileres fuera del balance, por lo que no se veía el reflejo de un activo y un pasivo, que ahora sí se va ver.
¿Cómo afecta esto al ebitda?
Desde el punto de vista del ebitda, una de las consecuencias más importantes de la emisión de la norma es un impacto positivo en este indicador financiero. ¿Cómo es esto? Bajo la regla anterior, los contratos de alquiler operativos se reconocían en el resultado en una línea de gastos operativos que era parte del ebitda. Es decir, lo reducían. Con el nuevo modelo, el reflejo está en dos cuentas que no son parte del ebitda: la depreciación del activo que se va a reconocer ahora y el cargo por intereses del pasivo.
En otras palabras, vamos a reemplazar un gasto operativo por dos gastos que no son parte del ebitda. De hecho, los estudios indican que, dependiendo de la industria, la mejora del ebitda gira en torno al 10% y 15%.
¿Qué le sugeriría a los líderes empresariales respecto esta norma?
La principal preocupación que veo es el impacto que tendría la incorporación de este nuevo pasivo en la capacidad de endeudamiento de las empresas. Eso significa que, de hecho, dependiendo del nivel de endeudamiento actual, una empresa podría estar más expuesta a faltar con un compromiso contractual, un covenant, con un banco.
Para hacer un mejor análisis de la situación, la empresa debería revisar sus contratos de endeudamiento, para identificar si estos, por ejemplo, establecen condiciones donde la deuda se calcula de forma establecida en el contrato, o si son deudas, de alguna forma, volátiles a la situación particular de la contabilidad. En este caso, la empresa debería estar ya lista como para ir sentándose con los acreedores para ir negociando, discutiendo o reformulando los compromisos contractuales de mantenimiento de una estructura de endeudamiento patrimonial específica, por citar un ejemplo. Ese es un tema fundamental que debe abordarse con prontitud porque sí podría tener un impacto directo en el costo financiero que la compañía asume para captar endeudamiento. Otro aspecto que debería preocupar a las empresas sería el levantamiento de la información para determinar de cuánto sería este nuevo pasivo.
Considerando que la norma se aplicará desde el 2019, la preparación se convierte en un desafío por el poco tiempo que falta hasta la fecha señalada; por lo que mi recomendación a las empresas sería el tomar de una vez la decisión de empezar a mirar el impacto que tendría esta norma en sus estados financieros.
Acerca del autor
Daniel Oliva

Más de 19 años de experiencia en trabajos de auditoría financiera y en labores de consultoría contable. Cuenta con amplia experiencia en la aplicación de NIIF, tanto absolviendo consultas técnicas como liderando trabajos de diagnóstico e implementación de NIIF en empresas comerciales, industriales. Experiencia internacional entre 2009 y 2011 en PwC São Paulo, efectuando trabajos de diagnóstico e implementación de NIIF en empresas brasileñas. Soporte a PwC Ecuador en implementación de NIIF en empresas de dicho país en el año 2011.
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